Se cree erróneamente que muchas de las frutas frescas habituales (como mangos, manzanas o plátanos), tienen niveles de azúcar que las convierten en “alimentos prohibidos” para diabéticos.
Lo importante es tener en cuenta, la cantidad de azúcar que aporta; se suele aconsejar que una porción de fruta para diabéticos, contenga no más de 15 gramos de carbohidratos, para ello te proponemos unos ejemplos: la mitad de un plátano, la mitad de un mango, media tajada de sandía, una manzana pequeña, una docena de uvas o un tazón medio de ensalada de frutas, contienen aproximadamente 15 gramos de carbohidratos.
Lo que sí debes evitar a toda costa, es la fruta en almíbar, seca o confitada.
Te mostramos una tabla[1] por la que puedes guiarte para estimar el contenido aproximado de carbohidratos que contienen diferentes frutas; así mismo podrás cotejar el contenido en proteínas, grasas, etc.